Podemos tomar varios ejemplos, cuando compramos un traje o un vestido y lo usamos, si nos gusta, lo mimamos y reutilizamos, hasta que ese traje se desgasta y debemos desecharlo, quizá sentiremos cierta nostalgia por los buenos momentos que pasamos mientras lo llevabas puesto, pero pronto tomas conciencia y te decides a comprar otro y solo queda el recuerdo del antiguo traje que te quedaba tan bien y que te favorecía tanto, pero no le guardas luto, ni pasas ningún duelo.
Estos ejemplos se podrían aplicar al ser humano, lo importante es lo que vive en nuestro interior, no en la cáscara con la que percibimos el exterior, que no es mas que un vehículo para albergar nuestra verdadera esencia.
El cuerpo, una vez liberada nuestra esencia, debe ser desechado sin ningún tipo de apego o trauma, en las filosofías orientales es común quemar el cuerpo para que el alma no sienta apego y pueda marchar libremente, en occidente se a comenzado a normalizar esta practica como una alternativa mas y es sin duda la mejor opción.
Por lo tanto debemos vivir conscientes, para poder morir y dejar esta existencia de igual forma, cuanto antes asumas lo que realmente eres y llegues a ese instante tomándolo como un proceso transitorio, una fase, que no es ni de lejos, mas traumático que nacer.
Hay gente muy despierta espiritualmente que opina que vivimos hasta que decidimos nacer, y es entonces cuando realmente morimos, ya que dejamos de ser libres, para empezar a estar limitados por ese vehículo físico.
Decidimos pasar este trance para adquirir conocimiento, estarás pensando que hablo de reencarnación y quizá esto rompa algún dogma de fe, solo reencarna quien así lo desea, en nuestra existencia desencarnada, tomamos la decisión de que precisamos adquirir cierta experiencia y que esa experiencia debe ser adquirida viviendo físicamente.
Elegimos cuando, como y donde nacer, quien serán nuestros padres, cual es el cometido existencial que nos impulsa a vivir esta experiencia, el proceso para lograrlo y el final de la misma, sea cual fuere este, y sin duda, siempre el que más se adecue a aquello que precisamos.
Durante esta existencia física podremos elegir libremente como queremos vivir y si nos desviamos del patrón existencial que prediseñamos para adquirir el conocimiento que precisamos, nos reubicaremos, esto generalmente pasa de forma brusca, para que tomemos conciencia y retomemos el programa diseñado.
Solemos pensar erróneamente que nacemos solos y morimos solos y esto es literalmente falso, durante toda nuestra existencia física estamos acompañados y somos guiados para que logremos con éxito nuestro propósito de vida, lo mas seguro que a lo largo de tu vida notes esa presencia, lo llames Dios o ángel de la guarda, lo cierto es que no es nada de esto, si no tú mismo, en el mundo espiritual se le conoce como el Yo superior. No es mas que una parte de ti que no encarno y que se asegura que cumples lo acordado, se comunicara constantemente contigo de forma intuitiva, dándote esas corazonadas y siendo lo que llamamos, la voz de la conciencia, que nos dice que, y que no es correcto según el programa de vida que elegimos, ya que al encarnar olvidamos quienes somos y para que venimos.
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