Esta voz interior nos dirá donde y como debemos actuar, para conseguir nuestra meta. No es preciso creer, tampoco ser buenos o malos, solo vivir conscientemente y escuchar a nuestro guía para saber cual es el camino, pero aun así, somos libres de hacernos los sordos y omitir esta voz interior y hacer nuestra voluntad, solo entonces si te alejas demasiado, tu Yo superior te dará esa patada en el tracero que necesitas para que espabiles y vuelvas al trabajo.
A quien no le ha dado la vida una bofetada alguna vez, pues esas bofetadas te las das tú mismo, para que vuelvas al camino que hará que consigas tu meta.
Se suele pensar erróneamente que venimos de vacío y nos vamos igual, lo cual es totalmente falso. En el proyecto de tú vida, la materia que logres atesorar es la única que no te acompañara, el resto se va contigo después, por eso es fundamental no sentir ciertos apegos, porque a la hora de marcharte serán un lastre del que no es fácil deshacerse.
Nacemos con un bagaje y un plan, este plan es como he comentado un pequeño croquis, que puede ser alterado, de hecho, solemos alterarlo con bastante frecuencia, y el bagaje es todo aquello que traemos de vidas pasadas, traumas, miedos y sobre todo experiencia, a pesar del velo del olvido, es innegable como tenemos habilidades para ciertas disciplinas, que incluso desconocíamos, buen oído y destreza para la música, buenas manos con la artesanía o el arte, la cocina o cualquier rama de la ciencia o la medicina. Se suele decir que es vocacional, cuando se siente cierta pasión por una actividad concreta, pero no es así, es la experiencia acumulada la que provoca un alto nivel en las distintas disciplinas, y esa vocación, no es mas que la consecuencia de unas cuantas vidas dedicadas a ellas, por lo tanto. solo recordamos cuando nos enfrentamos a ciertas tareas, es algo instintivo y natural, que apenas precisa aprendizaje, simplemente, porque ya dominabas esa materia.
¿Qué nos llevamos de esta vida? Todo lo no material, te llevas toda tu experiencia, todo el conocimiento que hayas acumulado, se sumara en tu cuenta, y perdurara en tu ser, también te llevas el recuerdo de esa vida, las experiencias, los éxitos, los fracasos, los sin sabores y todos tus momentos de gozo y felicidad, pero lo mas importante que te llevas es el amor, todo el amor recibido y por supuesto, todo el amor que hemos dado, sobre todo este ultimo, todo ese amor incondicional y puro que repartimos a los demás, nos es devuelto de golpe, llenándonos de luz, de energía pura.
Este es el equipaje que nos llevamos principalmente, después empezaremos a deshacernos de nuestra identidad (mente) y ser solo espíritus, energía pura que pasaría por un periodo digamos de descanso, hasta que llegue el momento idóneo para volver a encarnar. El momento preciso en el que el desarrollo histórico y cultural se adapte a las necesidades evolutivas de nuestro espíritu, que no se nos olvide, que no somos un cuerpo con espíritu, si no un espíritu que toma un cuerpo para vivir esa experiencia. Si asimilamos este concepto será fácil comprender que una vez termine nuestra estancia física en este espacio/tiempo, tendremos la posibilidad, si así lo queremos, y creemos propicio evolutivamente hablando, volver.
Cuando desencarnamos y nos deshacemos de nuestros apegos y nos llevamos nuestra
memoria, repasaremos nuestra vida y cotejaremos aquello que nos sirvió y lo que no, o simplemente nos falto eso concreto por hacer en nuestro plan previo, como si de una lista se tratase, tachamos aquellos objetivos logrados y veremos que nos queda aun por vivir.
Después accedemos a un espacio idílico, llámalo cielo, paraíso, como quieras. Allí estaremos con otras almas afines, algunas de ellas fueron familia, amigos o incluso enemigos, todos te recibirán como en una fiesta y recordas y reiras de esas situaciones que experimentaron juntos, se alegrareis de lo mucho que aprendisteis gracias a ellas y lo mucho que os sirvió aquel drama, para tomar conciencia y dar el siguiente paso.
Este regreso es como una vuelta al hogar, una vuelta a casa, el sitio que realmente te pertenece y no eso que dejaste atrás que por otro lado, pronto dejaras de echar de menos.