Podemos compenetrarnos desde múltiples niveles con nuestro ser amado, tan candidamente como anhelantes, tan profundos como superficiales!
Habitualmente desarrollamos relaciones fundamentados en el interés meramente social, establecido por un sistema de conveniencias y cálculos beneficiosos, para uno o para ambos!
También una de las relaciones mas tristes es la compenetración que se da entre dos personas, fundamentadas en el llenado de sus vacíos, para salir de la soledad, complementando solamente sus carencias, afectivas, de reconocimiento, etc.
Muy constante se da la relación superficial, fundamentada en la compenetración física, directamente ligada al sexo. Aunque este sustento parece generar arraigo, se proyecta desde nuestra naturaleza meramente animal. Cuando nos compenetramos físicamente, fácilmente seremos reemplazados, si no existen evidencias de amor e intimidad suficientes!
También la compenetración Psicológica te lleva al amor como el sustrato que permite una aventura de vida mas hermosa, matizada de colores y de aromas, pero sobre todo humana, porque apela en verdad nuestro mínimo proceso de conciencia y desarrollo, humano!!
Sin embargo existe una compenetración que es la de las conciencias, que nos lleva a alturas inigualables, muy por encima de todas, nos permite encontrarnos con el ser amado en estado de oración, en estado constante de gratitud meditativa.
Al estar, al pensar, al dormir, tu vida se convierte en una oración sin fin, plagada de experiencias que tocan tu esencia, experimentadas desde tu mas profunda individualidad compartida.
Impregnada del tamiz de nuestra verdadera naturaleza divina de la divinidad y santidad del hombre o la mujer amada. Divinidad que cuando la descubrimos iniciamos a través de nuestro amado el camino de descubrimiento de nuestra propia divinidad, de la comunión con dios en nuestro interior!
Ama meditativamente, haz de tu relación una oración, que te lleve a vivir así en la calma como en el arrebato, tu experiencia divina!